Esto es un relato en español que acabo de escribir. Fue la inspiración de una amiga que me hizo escribirlo, porque el título lo inventó ella. Espero que os guste!
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Sócrates era un cocker. Lo sabía y siempre había sido algo orgulloso porque los cockeres tienen una tradición larga. Miembros de su familia habían vivido en palacios y jardines reales. Se habían hecho famosos como perros de caza y favoritos de reyes y damas de la nobleza. Uno de sus antepasados, un llamado Wolfram von Potsdam und Niedertauern era el compañero de un hombre aparentemente famoso, un político que se conocía como Bismarck. Wolfram era confiado de este hombre quien lo llamaba amistosamente "mein treuer Wolf" (mi fiel Wolf).
Sócrates casi no había conocido a su familia, sólo a un hermano y a su madre, que estaban con él durante unas cortas semanas después de su nacimiento. Sin embargo su madre, Cecilia, le había impregnado con un gran orgullo y un amor de la filosofía. Era su propia filosofía que se podía resumir en una frase que le repitió muchas veces a su hijo: "No te olvides de tu herencia, Sócrates. Lo más importante es que estés con alguien quien te reconozca como lo que eres, un noble perro de inteligencia."
Desde aquellos días, en su opinión los más importantes de su vida, Sócrates se había esforzado de lograr la grandeza que su raza le exigía. Él quería ser el amado amigo de algún hombre grande o una mujer de la alta sociedad. Pero algo le pasó que iba a cambiar su perspectiva para siempre.
Estaba una noche con su dueña María, una chica joven de buena familia, estudiante en la Universidad Complutense de Madrid. Los dos salían para quedar con unos antiguos amigos del colegio, que su dueña María no había visto en muchos años. Era la primera vez que Sócrates iba al piso de gente que aún desconocía. Como muchas veces antes, Sócrates esperaba su oportunidad de impresionar a la gente con sus maneras educadas y su higiene impecable. Ni siquiera iba a bostezar porque entonces no podría impedir que la gente viera su lengua o, peor aun, se molestaría por el olor de su aliento.
Pero al llegar al piso de los amigos nada fue como anticipado. Ya en la puerta, sentía que algo iba mal. Veía una cara tímida, rodeada por mucho pelo largo y negro, retirándose un momento para aparecer otra vez con una sonrisa esforzada, hablando con María. Sócrates entendía que estaban hablando de él. Su dueña estaba hablando en voz un poco más alta, casi cabreada. La otra chica, ojeándolo desconfiadamente, mientras él la miraba con sus ojos oscuros y tranquilos, parecía ponerse más nerviosa con cada segundo que pasaba.
Al final, lo imposible sucedió: Su dueña le ató a él, Sócrates, a una planta grande que estaba al lado de la puerta del piso, y...lo dejó. Entró en el piso con la chica del pelo negro y sólo miraba atrás un breve momento antes de desaparecer dentro.
Sócrates, como era un perro bien educado no siguía su instinto de ladrar, para llamarla fuera, pero se echó a pensar tristemente.
¿Cómo puede haber pasado eso? se preguntó. Por qué actua la gente así. No me conoce, ¿por qué se comporta como si fuera algún chucho? ¿Acaso no soy un noble perro? ¿Acaso no tengo cultura y educación? ¿Por qué me tratan como un extranjero en quien no se puede confiar?
Durante dos horas estaba ahí, atado, humillado, delante de una puerta que significaba para él toda la injusticia del mundo. Una vez salió María para traerle un poco de agua y un hueso de pavo un poco salado. Pero él no podía ni mirarla por su traición. Seguía pensando y poco a poco iba comprendiendo.
Lo que le había dicho su madre era verdad, nunca iba a dudarlo, pero lo que antes pensaba de ello ya no valía. No todos los humanos podían reconocer en él la noble persona de buena familia que era. Existía gente ignorante, gente tímida y de mente cerrada que no estaba dispuesta o suficientemente valiente como para abrirse y entender. Sócrates se calmó un poco. No era su culpa, ni era culpa de la gente. Lo único que podía hacer era ser él mismo, sin fallos, orgulloso de su herencia y su educación. Con el tiempo, lo sabía, la gente tendría que enterarse.
Sócrates se fue de la puerta de este piso con su dueña. Alejándose de la chica del pelo negro miró atrás e intentó sonreír. Antes de cerrar la puerta una sonrisa tímida le respondió.
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2 comments:
aaaah...Sócrates ...filosofia....I wish I cud have read this and understood it !!! :)
Spanish .. is a lil too down my list of languages to know... but if i do get there some day ..that wud mean I am doing great :)
hehe, maybe this story motivates you to learn Spanish ;) And I am pretty confident you are doing great!
Have a good weekend, Esfand
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